jueves, 7 de octubre de 2010

Derribos de las 49 casitas de pescadores del Puig acaban con 300 años de historia

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha iniciado los derribos de las 49 casitas de pescadores de El Puig (Valencia) cuya demolición fue ratificada por el Tribunal Supremo tras años de litigio, y cuya desaparición pondrá fin a más de trescientos años de historia.
A las 08.30 horas, una máquina de demolición ha iniciado los derribos de las casas, de entre 30 y 200 metros cuadrados, que históricamente han sido la vivienda de los pescadores de El Puig y que ahora sus descendientes utilizaban principalmente como segunda residencia durante los meses de verano.
El alcalde de El Puig, José Miguel Tolosa, que ha acudido para vivir "con pena y resignación" los derribos de estas históricas viviendas, ha explicado a EFE que las casas "fueron una concesión de un rey a los pescadores a cambio de entregarle dos veces a la semana la pesca".
La foto lo dice todo. Vean las grandes torres levantadas al lado, esas no se toca. (Foto El País)

"En apenas cuatro horas se va a poner fin a más de 300 años de historia", ha lamentado Tolosa, que ha explicado que en algo más de una hora, la máquina ya había derribado la mitad de las casitas.
Tolosa ha señalado que durante los últimos años los propietarios y el Ayuntamiento han protagonizado una "dura lucha" con el Ministerio para tratar de "aplazar el derribo y lograr una moratoria mientras no hubiera un proyecto firme de regeneración de esta zona de la playa".
Ha explicado que los propietarios, con la ayuda del Consistorio, se ha hecho cargo de los derribos y que el Ministerio de Medio Ambiente "tendrá que retirar los escombros".
Según Tolosa, los vecinos han vivido la decisión de demolición "con mucha pena y decepción" y ha explicado que han venido pocos porque "aunque están resignados, no han querido coger el disgusto de su vida".
"Generación tras generación han disfrutado de estas casas, que no son mansiones, pero ahora se ha acabado todo", ha lamentado el alcalde.
Uno de los pocos vecinos que han acudido a presenciar los derribos, Salvador Romeu, ha explicado a EFE que aunque estaban "preparados" para los derribos, ver cómo las máquinas tiraban sus casas "ha sido un duro golpe".
"Llevábamos más de treinta años peleando y todos los años parecía que nos iban a tirar. Al final ha llegado y ha sido duro", ha reconocido.
Romeu disponía de una vivienda de apenas 40 metros cuadrados en la que han vivido cinco generaciones, desde que su abuelo comprara tres casas y las dividiera por la mitad para darle una a cada uno de sus seis hijos. "Las noches de verano en la terraza en un entorno envidiable no se volverán a repetir", ha lamentado.
El propietario ha reconocido "la impotencia" que siente ante la situación y ha admitido que los vecinos "se han humillado" ante el Ministerio por "cobardes o por agotamiento" y al final les han dejado "hacer lo que quisieran".
La demarcación provincial de Costas informó a los propietarios de la orden de demolición el pasado mes de junio aunque el plazo para el desalojo concluyó hace apenas una semana.
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana desestimó el recurso de los propietarios contra la resolución de Costas y el Tribunal Supremo ratificó el fallo, con lo que la demolición ha sido llevada adelante en la jornada de hoy.

Diga lo que diga el alcalde, si se hubiera opuesto, no las habrían derribado.
No es una cuestión de suerte, es una cuestión de dinero. Sabe perfectamente los planes que existen para la zona y que Costas no dá un euro si antes no se derriba lo que ellos decidan.
En poco tiempo, posiblemente muy poco por las prisas que se han dado en acabar con 300 años de historia, veremos como se hace un paseo marítimo, se regenera la playa y se construyen detrás miles de viviendas nuevas. ¿Qué daño hacían esas casitas al litoral?