jueves, 15 de noviembre de 2012

Cho Vito o la desigualdad ante la ley


Durante el antiguo régimen las leyes que gobernaban el comportamiento de los aristócratas o el clero no eran las mismas que para el común o pueblo llano. Esto se solucionó cortándoles la cabeza a los reyes y a unos cuantos aristócratas durante la revolución francesa.
La desigualdad ante la ley ha estado siempre en el núcleo de los regímenes autoritarios y opresivos. Actualmente nuestra sociedad es como una pirámide en el que la base está sobre regulada y atada de pies y manos mientras que los que están en la cúspide hacen lo que les da la gana.
La desigualdad ante la ley es también la base de la extracción de rentas mediante privilegios, tarifas, subvenciones, monopolios y otras medidas del intervencionismo económico y político. Decía un buen amigo que la solución al problema de la corrupción es evitar que la corrupción este en manos de unos pocos y permitir que todos nos corrompamos. Lo que quería poner de manifiesto mi amigo es que lo realmente perjudicial es la desigualdad de oportunidades y la desigualdad ante la ley.
En Canarias el ejemplo del pueblo marinero de Cho Vito es un ejemplo sangrante de desigualdad ante la ley. Amenazado de derribo por la ley de costas, ya han derribado varias viviendas mientras que otras siguen en pie resistiendo a un aparato del Estado corrupto.
El delito de los pescadores de Cho Vito es ser un impedimento para un proyecto especulativo acordado por el Gobierno de Canarias y el Gobierno español en 1998 contando con la complicidad necesaria del Ayuntamiento de Candelaria, finca particular de Antonio Placencia, el cacique de la comarca.
Casado con la hija de Carlos Andrés Perez, el corrupto ex-presidente venezolano, y según cuentan con dineros procedentes de la venta del Corte Ingles en donde planea la sombra y los intereses de Felipe González, otro dragón de la corrupción. Un ejemplo de la clase de servidumbres de los medianeros locales.
Unos kilómetros más al sur, se encuentra su lujoso chalet, que incumple la ley de costas. Un lujosos chalet con piscinas y canchas de pádel que sigue en pie con la connivencia de la Audiencia Nacional y el tribunal Supremo español.
En Gran Canaria también hay ejemplos de chalets de caciques que siguen en pie incumpliendo la ley de costas y a los que nadie planea desahuciar. Un ejemplo son los chalets de Felix Santiago y sus familiares en Sardina del Norte, entre Galdar y Agaete. El risco sobre el que se asientan los modernos chalets del cacique de la construcción y las plataneras, cuentan incluso con cuevas precoloniales cerradas por una malla.
Pero no son solo las casas de los caciques lo que demuestran esta desigualdad ante la ley. Son sobre todo los hoteles ilegales. Masas de cemento que incumplen la ley pero que nadie derriba. Hoteles de lujo con patente de corso.
Hoteles ilegales de cinco estrellas como el Hotel Volcán donde veranea el ministro ppe-trolero Jose Manuel Soria. El lujoso Hotel Abama en Tenerife, propiedad de Prisa. Los dos hoteles de RIU, en medio del área protegida de las dunas de Corralejo en Fuerteventura. Los hoteles ilegales de Lanzarote, entre los que se encuentran el Meliá Volcán, Iberostar Papagayo, Gran Castillo, Natura Palace, Rubicón Palace, Papagayo Arenas y Son Bou. De las cadenas españolas Melia, Hipotels, Iberostar, Sandos, etc…
La desigualdad ante la ley, la negación de los derechos políticos de gran parte de los canarios con la ley electoral vigente, y la concentración de poder económico y de las oportunidades en pocas manos son algunos de los principales factores sobre los que se sustenta la permanencia de regímenes extractivos.
Algunos culpan de su pobreza al capitalismo y a los mercados. Pero en un mercado hay igualdad de condiciones para todo el mundo. En cambios en mercados intervenidos unos pocos cuentan con la protección y el privilegio que les otorga el Estado
En realidad, en lugar del mercado en sí, el principal problema de Canarias es una economía dominada por las élites locales y foráneas cuyos privilegios son protegidos por el aparato del estado y los tribunales. No es la insularidad, ni la cultura, ni el tamaño, ni el “capitalismo”, ni tan siquiera la ignorancia de los gobernantes. Es una economía dominada por unas elites en base a unas instituciones extractivas que persisten porque a alguien, muy lejos de aquí, le interesa que existan.
Jorge Dorta
http://www.lavozdelapalma.com/2012/11/13/cho-vito-o-la-desigualdad-ante-la-ley/