lunes, 12 de agosto de 2013

Costas revueltas

 ANTONIO ALONSO ORIHUELA (*)



Parece que la cosa esta revuelta. Tratándose de las costas canarias, sería mejor hablar de “revoltura” que es una palabra mejor aplicada en nuestro léxico.

Es tal el descontrol informativo, la desidia política, el conformismo del falso nacionalismo, las falsas promesas, y las hipocresías desmesuradas, que no sabemos cómo va a quedar las costas canarias, después de todo este vaivén de declaraciones, amenazas, y denuncias contra esta nueva reforma de la desafortunada ley de Costas de 1988.

Si a esto le sumamos la participación de los ecologistas con su informe anual, y las criticas del Parlamento Europeo (ese sitio donde vamos a pedir dinero) pues como resultado tendremos una marejada de despropósitos y de medias verdades, que al final, en el caso de estas últimas, se convierten en grandes falsedades.

Que las costas canarias, están muy construidas, es un hecho. Que nos sobran bloques, cierto. Pero que, quienes tenían que protegerla, mediante una norma estatal, en vigor desde 1988, han sido los verdaderos culpables del estado de las mismas, también es verdad, muchas veces, motivados por el interés económico, urbanístico, o turístico.

Como ejemplo de eso, citemos el caso los municipios del sur de Gran Canaria, San Bartolomé de Tirajana o Mogán, con cientos de hectáreas de playas artificiales, destrozando el litoral natural, para hacer, playas de ensueño, explotadas mediante concesiones, por grupos hoteleros importantes, y autorizadas, en su mayoría, por un canario, José Fernández, antiguo director general de Costas, actualmente, director general de la Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias. Raro, Raro, muy raro, es que aquel que defendía el acceso a la costa, permitió grandes trozos del litoral, privatizados, por hosteleros, donde colocar una toalla, en la arena, es casi imposible, entre la abundante marea de hamacas, tumbonas y sofás balineses, todo de pago y legal.

Igualmente extraño, o anómalo, es que la histórica guerrera del medio ambiente, la aludid de las hordas del ministerio en las costas, Cristina Narbona, hable ahora, de que la nueva norma es un retroceso y que invita a la especulación urbanística y a un nuevo boom del ladrillo, cuando ella, la que vino a tranquilizar a los vecinos de Cho vito, diciendo que no se quedarían en la calle, la que defendió en las Cortes que el hotel Algarrobico no estaba en domino público, en un parque natural y a quince metros del mar, la que defendió hoteles ilegales con sentencia firme de derribo en Lanzarote y Fuerteventura, la que regaló el dominio público (de todos) a Barcelona mientras confiscaba la propiedad privada a otros, la que defendía con uñas y garras el medio ambiente, es ahora consejera del consejo de seguridad nuclear….Cristi, quien te ha visto y quién te ve…Mejor, no hables, ni tú ni los históricos de tu partido, pues con una ley socialista, se han cometido los mayores desmanes urbanísticos en la costa. Curioso es, que sigan en pie… se ve que la ley no va con ellos. Un consejo, mejor calladitos...

Si nos vamos a la nueva ley, pues vemos que no soluciona nada, y si viene a añadir más confusión, en una norma, ya de por sí, muy complicada.

El PP, se ha metido en un mar con oleaje, y salir de él le va a costar caro, Eso sí, algo bueno si han logrado; han puesto de acuerdo a ecologistas, afectados por la ley, grupos minoritarios, la oposición política, y hasta al parlamento europeo, en contra de la Ley de Protección y Uso Sostenible de las Costas; por romper, han roto hasta la igualdad entre ciudadanos reflejada en nuestra carta magna, incluyendo, además, varias definiciones, no contempladas en nuestra Constitución, del dominio público marítimo terrestre; tantas como les haga falta: una para Formentera, otra para las Salinas. Parece, como si a la niña del Presidente, y a sus primos, primas, y demás allegados, les hubiera dado un golpe de calor, mientras se remojaban en cualquier playa del litoral español, redactando al mismo tiempo, esta reforma de la ley, que va camino de ser mucho peor que la anterior norma, cosa, ya de por sí, que me parecía imposible.

Mientras, el Parlamento Europeo, ha escuchado a los cientos de miles de afectados por la Ley de Costas, y al gobierno Español, en sus quejas, y explicaciones. El resultado de esta investigación, críticas a la anterior ley, y a la reforma de la misma. Para esta institución, son claramente insuficientes las mejoras, llegando a exponer en su informe, que el medio ambiente costero español ha sido motivo de especulación e irremediablemente destruido en extensos tramos, sobre todo a lo largo de la costa mediterránea y las islas, no por los individuos que poseían propiedades pequeñas, sino debido a la construcción especulativa que había tenido lugar durante los muchos años después de la original Ley de Costas de 1988, impulsado por la complacencia y, a veces las prácticas corruptas de las autoridades políticas.(Informe Wertmann sobre la Ley de Costas. Parlamento Europeo. Julio 2013) Lo curioso de este informe, es que aunque fue publicado en julio de este año, ningún medio nacional, ni local, lo han publicado, e incluso, las grandes organizaciones ecologistas, lo omitieron, claro, esta, no se puede estar a favor de la ley de costas de 1988, y denunciar que durante el tiempo en vigor de la misma, se ha destruido prácticamente el litoral. Eso, amigos ecologistas, no cuela en Europa.

A todo esto, el gobierno de Canarias, y los nacionalistas, están a media mar. Ni se mojan, ni se quieren mojar. Estancados, en el asunto de las competencias, sin dar, una respuesta clara al gobierno central, en el asunto de los núcleos costeros traiciónales.

Cientos de miles de canarios, con la amenaza del derribo, y nuestros políticos, se centran en la vulneración de competencias autonómicas. Ni siquiera tienen una constancia real, de los pueblos afectados, ni si tienen escrituras e hipotecas, si son su primera vivienda o no…simplemente, eso no les importa. Es cierto, que después del dramático derribo de Cho Vito, se han preocupado un poco más, pero siguen buscando más el discurso político tranquilizador, que la acción clara y determinante de defender nuestras costas.

Y los afectados. Esos, muchos de los cuales, ni si quiera saben lo que se les viene encima. Ellos son los verdaderos perjudicados, los que sólo aparecen en las noticias de los derribos, las imágenes con sangraza, propias del periodismo fácil, más preocupados de vender la imagen de las lagrimas, que de investigar la realidad de lo ocurrido.

Los afectados, son carnaza para abogados sin escrúpulos, para falsas asociaciones de afectados, totalmente politizadas, que cobran fortunas, y dan falsas esperanzas a aquellos, que están condenados, aún sin entrar en los juzgados.

Está la costa canaria revuelta. Quizás ese sea el motivo, por el cual, muchos canarios, nos vamos de vacaciones a las costas de Croacia, de Italia, de Grecia, y vemos esos pueblos costeros con encanto, con las casas pegadas al mar, tan pintorescos, e incluso nos preguntamos, si no podemos tener algo así en Canarias. ¿Hipocresía?

(*) Articulista y vecino de Candelaria