sábado, 8 de febrero de 2020

El subdirector del Puerto de València responsabiliza a Costas del bloqueo en la regeneración de las playas


MANUEL GUERRA DENUNCIA QUE EL PUERTO LLEVA UNA DÉCADA ESPERANDO INSTRUCCIONES PARA FRENAR LA EROSIÓN
6/02/2020 - 
VALÈNCIA. La regeneración de las playas al sur del Puerto de Valencia, Pinedo y El Saler, a la que obliga la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que ampara la ampliación norte del recinto portuario lleva trece años sin ejecutarse. La responsabilidad, curiosamente, es del mismo organismo que dejó por escrito esa obligación en la evaluación ambiental dictada en 2007: la Dirección General de Costas del Ministerio de Medio Ambiente.
Así lo denunció este martes Manuel Guerra, subdirector general de la Autoridad Portuaria de València (APV) en una jornada del Colegio de Arquitectos sobre la relación del puerto con la ciudad. En ese foro, en el que Guerra tuvo que replicar el aluvión de intervenciones en contra de la ampliación norte del puerto por el impacto que tendrá en el entorno, el directivo explicó que si el Puerto no ha llevado a cabo el plan de regeneración del litoral es sencillamente porque Costas aún no le ha indicado qué intervenciones debe realizar.
"La DIA de 2007 nos pidió que realizáramos un Plan de Vigilancia Ambiental que se encargó, previa aprobación por la dirección general de Costas, al laboratorio de Costas de la Universitat Politècnica de València. Este Plan nos permitido tener informes de periodicidad trimestral sobre la evolución de las playas desde la Patacona hasta El Saler que han sido remitidos a la dirección general de Costas y al Ministerio de Medio Ambiente. Llevamos 10 años con un presupuesto de 3 millones de euros consignado en nuestras partidas presupuestarias para realizar las actuaciones que Costas estime conveniente. En estos momentos seguimos a la espera de que Costas finalice el plan integral y nos indique qué actuaciones concretas debemos sufragar", señaló Guerra.
La falta de diligencia de Costas y la consiguiente inacción del Puerto de València resulta altamente llamativa a la vista de la gravedad de la situación de las playas ya descrita en el examen ambiental de 2007, atribuida a las sucesiones ampliaciones del recinto portuario y al descenso de "aportes sólidos" del río Turia desde su desvío.
Así, la DIA concedida para la ampliación norte destacaba que la "magnitud de las obras proyectadas y el efecto que las mismas producirán en el litoral", obligaban a realizar un estudio de dinámica litoral tanto durante su ejecución como durante su explotación con el objetivo de incluir en su caso las medidas correctoras necesarias.
Más alarmante resulta todavía que los diques de abrigo de esa ampliación, el principal elemento que podría agravar los efectos descritos en la declaración ambiental por su efecto sobre el oleaje, están construidos desde 2012. Esto es: el potencial riesgo adicional descrito la DIA es real desde hace ocho años.
La Dirección General de Costas, en sus alegaciones como parte de la tramitación de esa DIA, instaba a llevar a cabo un seguimiento de la evolución de las playas de Arbre de Gos y El Saler, "ya que el efecto del puerto puede obligar a no muy largo plazo al establecimiento de nuevas obras de control de la erosión, que deberían ser asumidas por la Autoridad Portuaria de Valencia".

Costas admite el daño añadido

El proyecto de regeneración de las playas del Saler y Garrofera (Valencia) que Costas puso en marcha a mediados de 2019, desde las playas de L'Arbre de Gos, del Saler y Garrofera (entre el espigón sur de la playa de Pinedo y la gola de Pujol), reconoce de hecho que la erosión provocada por el efecto barrera que ejercen los diques de la ampliación norte "se ha ido propagando hacia el sur con el paso del tiempo, afectando a una mayor longitud de costa".
En la descripción de la situación actual, Costas incide en que el proceso regresivo "amenaza, de forma especial, a los ecosistemas de la Dehesa, por estrechamiento de la restinga que cierra la Albufera". "Se hace necesaria la intervención para evitar que continúe su desgaste, lo cual supone un riesgo inminente para la conservación de los hábitats que constituyen el ecosistema del Parque Natural de la Albufera", prosigue el organismo.
Dado que las causas de esa erosión de la costa se mantendrán a medio y largo plazo –como la elevación del nivel del mar debido al calentamiento global o las posibles ampliaciones del Puerto de València, Costas advierte ahora que las consecuencias las sufrirá directamente el Parque Natural de la Albufera.