viernes, 8 de enero de 2016

Denunciado a la Fiscalía el rellenado de una playa virgen


La denuncia tacha de negligente la actuación llevada a cabo en Cala Vidre y Cala Sant Jordi

Hortènsia Grau, diputada de Catalunya Sí Que Es Pot (CSQEP) por Tarragona, ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente el rellenado con arena de cantera de una franja de playa virgen en l’Ametlla de Mar (Baix Ebre). La c un hermoso paraje de roca erosionada y aguas claras situado en la punta norte de las costas del delta del Ebro. Grau apunta que, adulterando el terreno con elementos que no son propios del lugar, se han vulnerado hasta ocho artículos del código penal relacionados con la protección de espacios naturales.
El rellenado de las playas de l’Ametlla que planificó y ordenó Costas hace tres semanas tuvo que ser paralizada de inmediato por el propio Ministerio de Medio Ambiente ante las alertas de que, usando arena de cantera común en lugar de la pertinente arena de playa, se estaba poniendo en peligro un espacio protegido y de alto valor natural. Se pretendió esparcir más de un millar de metros cúbicos de tierra en unas playas que, según el Ayuntamiento, no precisan de tratamiento ninguno. Con la introducción de gravilla común en un entorno marítimo de tanta sensibilidad se pone en peligro el ecosistema del lugar y uno de los riesgos principales lo sufren las poblaciones de posidonia, planta que puebla el fondo marino.
La subdelegación del Gobierno central en Tarragona atribuyó la actuación a un error y ordenó la retirada inmediata de la arena. La denuncia de la diputada de CSQEP tiene en cuenta la reparación del daño pero destaca que cabe una investigación por parte de la Fiscalía atendiendo a la gravedad potencial que comportó el vertido de arena. “Estas playas están dentro de la Red Natura 2000, aprobada por el Gobierno de la Generalitat el 5 de septiembre de 2006”, apunta Grau, y recuerda que este documento desgrana un “catálogo de espacios naturales de interés de la Unión Europea”. La diputada carga también contra la pasividad mostrada por la Generalitat ante la chapuza.