El otro día estuve leyendo el cuento de Alicia en el País de las Maravillas a mi hija de cinco años y tengo que confesar que me acordé mucho del urbanismo español. De hecho es posible que lo que ocurre en Alicia sea más coherente y entendible para muchos que lo que ha ocurrido en Almería con las viviendas de los británicos.
En lo que a mí concierne, creo que por fin hay una “marca España”. Me consta también que se ha hecho un gran esfuerzo para crear esta marca. La marca, o mejor dicho “logo”, es la Pala Excavadora. De hecho, yo mismo he quedado impresionado con la eficacia de estas palas excavadoras: 40 minutos y el trabajo está hecho, ¡dos viviendas para abajo!
No sé quien dijo en su día que los británicos han venido para colonizar los cerros y las colinas … ¡Pues echemos las casas abajo! ¿Que son compradores de buena fe? Pues que pidan una indemnización. ¿Qué el promotor no tiene bienes? Pues eso no es mi problema, viva Usted en su garaje y emprenda el maravilloso camino de las reclamaciones procesales hasta el fin de sus días.
Desde luego la pala excavadora va a tener mucho éxito en ahuyentar a los británicos de los cerros y de las colinas, e incluso de los valles. Con tanto éxito, una vez puestos, creo que la pala debe seguir con su trabajo. Dos casas derribadas en 40 minutos puede significar 72 casas en 24 horas, 2.189 casas en un mes y 26.279 casas en un año. En 10 años, con una sola pala es posible tener resuelto todo el problema de las 300.000 viviendas ilegales en Andalucía.
No sé como no lo habían pensado antes. Pero, un momento ¿Qué también hay muchos españoles dueños de casa ilegales? No se preocupe Usted tratamos todos con estricta igualdad, sean de la nacionalidad que sean.
A los Sres y Sras responsables les felicito, han hecho un muy buen trabajo, ¿Quién necesita inversión extranjera, riqueza y puestos de trabajo? La ley hay que cumplirla caiga quien caiga, o, mejor dicho, “caiga lo que caiga”.
Amigos míos bienvenidos todos a Alicia en el País de las Maravillas donde la vida es un sueño del que es muy difícil despertar.