El 16 de noviembre de 2012 fue cuando un dispositivo de 50 guardias civiles llegó al lugar para que las palas terminaran con las nueve casas que quedaban en pie desde 2008.
"A las 9:56 horas de ayer comenzó el derribo de la primera de las nueve casas del poblado marinero después de que la Guardia Civil desalojara uno a uno a cada vecino, seis de los cuales abandonaron la huelga de hambre iniciada el martes". EL DÍA inició así la crónica de la desaparición total de Cho Vito, ocurrida el 16 de noviembre de 2012.
En este tercer aniversario, los últimos de Cho Vito rememoran que fueron unas ocho horas de tensión permanente durante las que los desalojados se concentraron en la aledaña playa de Caletillas, acompañados de muchos vecinos y gente solidaria con esta causa, de medios de comunicación y de algunos de los entonces concejales de CC y PP, entre ellos José Fernando Gómez y Carina Dainotto, hoy fuera del PP por defender a los afectados frente a su partido.
Fueron más de 50 los efectivos de la Guardia Civil que intervinieron tal día como hoy, pero de hace tres años, en Cho Vito. Los afectados señalaron entonces como la causa de esta última actuación la obligación que tenía el Gobierno central de justificar la inversión de casi 1.200.000 euros, procedentes de la Unión Europea (UE) en la realización del paseo que ocupa hoy el sitio en el que había un poblado marinero hasta el 16 de noviembre de 2012.
"Muchos pasaron, cual gaviotas, por este pueblo, pero pocas entendieron o quisieron entender porque a todos les interesaba el resultado. Nadie buscó la verdad ni la justicia", reflexionó hace unos días uno de los "cabecillas" de la lucha por la supervivencia de Cho Vito, Antonio Alonso Orihuela.
Con la caída de la casa de Tomás González se perdió uno de los símbolos de esa lucha. El afectado fue claro entonces al señalar a las cuatro administraciones (Gobiernos nacional, regional, insular y municipal) y a todos los partidos políticos como corresponsables de lo sucedido en el poblado marinero. Para él y para el resto de sus convecinos, la demolición de Cho Vito "ha sido una decisión política".
Pero la desaparición de sus casas no supuso el fin de "esta lucha que ha merecido la pena". Todavía hay asuntos en los juzgados pendientes de sentencia.
"En torno a las 5:45 horas de ayer sonó el bucio en Cho Vito anunciando la llegada del dispositivo montado por la Dirección General de la Sostenibilidad y el Mar para demoler las nueve casas que formaban el poblado marinero de Candelaria", publicó EL DÍA el 17 de noviembre de 2015. Era el final de un núcleo que agonizaba desde el 7 de octubre de 2008, cuando la entonces Dirección General de Costas demolió las primeras 31 viviendas en Cho Vito.
http://eldia.es/sur/2015-11-16/2-Hoy-tercer-aniversario-derribo-ultimas-casas-Cho-Vito.htm
El concepto de desarrollo sostenible es
complejo: no implica solamente que el desarrollo ha de ser respetuoso con el
medio ambiente y conservador de los recursos naturales, sino que, tal y como expresa la Estrategia
Territorial Europea, ha de procurar el equilibrio y la JUSTICIA SOCIALES y ha
de incrementar la riqueza económica de la sociedad
El objetivo final de una política de
desarrollo sostenible es el desarrollo
humano sostenible, la mejora de las condiciones de vida de toda la población,
incluidas las generaciones futuras.
No
es sostenible un desarrollo que preserve los recursos naturales a costa de
disminuir la renta o la calidad de vida (Comisión
Europea. “EUROPA 2020 Una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible
e integrador”)
Como Costas S.A. ha proclamado con su ley la república independiente de la bananaria costera, Europa y sus Estrategias le traen al fresco, pero no así el dinero que recibe y del que bien se acordó cuando pidió los fondos a la EU para destruir Cho Vito.
JUSTICIA SOCIAL y mejora de las condiciones de vida de TODA la población, eso es hablar en chino para Costas S.A.