Los vecinos piden la construcción de arrecifes artificiales, escolleras y cualquier sistema para retener arena.
Cada vez que llega un temporal,
en la urbanización La Casbah miran por las ventanas para ver hasta dónde llega
el mar. Esta parte del litoral de El Saler, conocido como playa de la
Garrofera, es una de las más castigadas cuando se desata un fenómeno
meteorológico sobre Valencia como el de este domingo.
Y la tromba de agua llegó hasta
las mismas fachadas de las viviendas, en litigio con el Ministerio de Medio
Ambiente cuando se modificó hace años la línea marítimo-terrestre en perjuicio
de los vecinos. Las olas lamieron los muros de hormigón del paseo marítimo
durante varias horas, rompiendo la base en algunas zonas y engullendo toneladas
de arena en cada envite. Ayer por la mañana, la fisonomía del litoral había
cambiado por completo.
Los residentes ya denunciaron
hace meses la falta de aporte de arena, a lo que se sumó el gobierno municipal
de Valencia. El concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, pidió al
Ministerio de Medio Ambiente que acelere las obras pendientes, tanto en esta
zona como en la parte de antiguo polideportivo, sin éxito de momento.
Ana Gradolí, una de las
representantes de la asociación vecinal la Devesa, defendió que una de las
soluciones pasa por la construcción de arrecifes artificiales para retener
arena. También citó la responsabilidad de la Autoridad Portuaria, apuntando que
la desaparición de la playa está relacionada con la ampliación de los muelles
portuarios.
Este temporal ha acentuado el
escalón de arena en la playa, que ya tuvo que se regenerada en 2012 después de
que embarrancaran dos buques mercantes, arrastrados desde su lugar de fondeo
por una tormenta. Arrecifes artificiales, escolleras y construcciones de
cualquier tipo para atrapar la arena han sido desestimados de momento. La
reconstrucción de la playa se realizó con un aporte de material desde otras
zonas del litoral, para después de creadas las dunas iniciarse una plantación
de especies autoctónas, protegidas del pisoteo de los bañistas con una
empalizada de cañas.
(foto EFE) |
Dragados
en la gola
Gradolí pidió que se realicen
obras con urgencia para ampliar las playas. En los últimos días una excavadora
ha estado dragando la gola del Puchol, aunque la información que disponen los
vecinos es que todo el material «irá a una zona situada al sur, donde está el
campo de golf, cuando aquí es mucho más necesaria». El dragado facilitará la
conexión con el lago de la Albufera.
Las lluvias han permitido
también elevar el nivel del humedal, que en las últimas semanas había bajado
tanto que algunas zonas ya no podían ser navegables. El concejal de
Devesa-Albufera comentó que el incremento ha sido de 27 centímetros, con lo que
ayer se encontraba 23 centímetros por encima de la cota cero del lago.
Esto ha supuesto unas semanas
de tranquilidad a los pescadores, que ya podrán faenar en todas las zonas de la
Albufera, así como a los agricultores. El aumento del agua permitirá hacer la
perellonà, la tradicional inundación de los arrozales. Pero la situación ha
sido tan complicada que ayer se reunieron en la Confederación del Júcar
responsables políticos y técnicos para tratar las necesidades para el borrador
del plan especial del parque natural.
Los vecinos llevan dando la voz de alarma años tras año. El Ayuntamiento también. Costas, no sabe, no contesta. Y el Puerto, ni está ni se le espera... hasta que ocurra una desgracia.
A nadie parece importarle la seguridad de las personas, pero por lo que se ve, tampoco les importa la destrucción del medio ambiente.