El texto de la Ley de Costas que ayer aprobó el Senado con el único respaldo del PP no recoge las enmiendas presentadas por el PNV para preservar elementos de especial valor histórico, cultural o artístico del litoral, como los molinos de mareas de Euskadi. El PP volvió a hacer uso de su mayoría para rechazar todos los vetos y la mayor parte de las enmiendas al Proyecto de Ley de Protección y Uso Sostenible y de Modificación de la Ley de Costas.
Las críticas de los grupos de la oposición al proyecto de Ley de Costas van desde las que consideran que alienta el ladrillazo y la urbanización descontrolada del litoral, hasta las que afirman que invade competencias autonómicas. Fuera del Parlamento, la ley también es descalificada por las organizaciones ecologistas, que censuran la ampliación de las concesiones a las construcciones y elementos levantados en la zona de protección.
Por el contrario, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, dijo que la nueva ley, que tendrá que ser ratificada en el Congreso, "garantiza e intensifica la protección medioambiental del litoral de España, atendiendo a la realidad de nuestras costas".
EL LITORAL VASCO En el debate de ayer, el senador del PNV José María Cazalis lamentó que el PP no haya admitido ninguna de sus enmiendas -ni las presentadas por el Grupo Vasco ni las que han intentado transaccionar- y auguró muchos problemas judiciales a la nueva regulación. "Lo malo -señaló- es que esta norma se acabará dirimiendo en los tribunales lo que será un varapalo para los senadores".
En su intervención, Cazalis explicó el sentido de las enmiendas del PNV, que fueron rechazas, y dijo que abordaban fundamentalmente dos temas: la utilización de las áreas altamente artificializadas, como las zonas portuarias; y la preservación y consideración especial de determinados elementos con valor histórico, cultural o paisajístico. El senador del PNV destacó que el PP ha cambiado de criterio respecto a la defensa de construcciones históricas, como los molinos de mareas, ya que cuando estaba en la oposición utilizaba el ejemplo de los molinos de Urdaibai para criticar la Ley de Costas de 1988.