La última propuesta del Ministerio de Medio Ambiente, después de que fracasasen las iniciativas emanadas del Parlamento gallego, es la aplicación de un nuevo deslinde del dominio público marítimo terrestre en Marín. La intención es que en el plazo de alegaciones, abierto actualmente, vecinos, Concello y Xunta acrediten la preexistencia de los núcleos antes de la ley de 1988. Si lo consiguen, entonces Costas procedería a la reducción de la línea de afección, que pasaría de los cien metros actuales de ancho a solo veinte.
Es un trámite largo, que se acordó el otoño pasado en el Congreso de los Diputados y que solo parece que ha cobrado impulso este verano. Precisamente por su dilación en el tiempo y la experiencia de fracasos anteriores, los vecinos no se fían mucho. Méndez, el portavoz de los afectados, recalcó: «Nuestra solicitud era que Costas reconociese que se cometió un error en el trato de la ley con Marín, pero el Gobierno central no aceptó». Ahora, sobre el deslinde resaltó que no le satisface, pero es la única alternativa que ha dejado abierta la Administración central. «Pronto veremos si se nos engaña o si es la solución. Por ahora tenemos cierta desconfianza, pendientes de ver qué pasa», manifestó.
El dirigente vecinal recuerda cómo en otras ocasiones con otras propuestas también se les prometió el fin del problema, para después llevarse un gran chasco cuando las iniciativas eran recurridas en los tribunales o informadas en contra.
Es un trámite largo, que se acordó el otoño pasado en el Congreso de los Diputados y que solo parece que ha cobrado impulso este verano. Precisamente por su dilación en el tiempo y la experiencia de fracasos anteriores, los vecinos no se fían mucho. Méndez, el portavoz de los afectados, recalcó: «Nuestra solicitud era que Costas reconociese que se cometió un error en el trato de la ley con Marín, pero el Gobierno central no aceptó». Ahora, sobre el deslinde resaltó que no le satisface, pero es la única alternativa que ha dejado abierta la Administración central. «Pronto veremos si se nos engaña o si es la solución. Por ahora tenemos cierta desconfianza, pendientes de ver qué pasa», manifestó.
El dirigente vecinal recuerda cómo en otras ocasiones con otras propuestas también se les prometió el fin del problema, para después llevarse un gran chasco cuando las iniciativas eran recurridas en los tribunales o informadas en contra.