Está claro que hablar a los políticos españoles los Derechos Humanos es como mencionarles al diablo y los ignoran hasta cuando se les pregunta de manera clara y directa. ¿Sabrán que existen?
Lo grave es que no sólo los ignora, sino que contesta con una sarta falsedades que a base de repetirlas, quiere convertirlas en verdades. Además, y por si acaso, la culpa de cuantas tropelías se han cometido y se están cometiendo con la Ley de Costas, la tiene todos, menos ella. ¿Quién firmaba las Ordenes Ministeriales? ¿El conserje, la señora de la limpieza, su chofer...?