“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados
Estimado Sr:
He leído con especial interés, dado que soy uno de los miles de afectados por la Ley de Costas, el artículo de opinión publicado en la prensa local (La Opinión de Tenerife) titulado “Por una costa canaria de todos y para todos” el 4 de Noviembre del 2010 y es mi intención explicarle y si me permite, corregirle algunos puntos de su exposición.
Comienza su misiva, con una cita de las Partidas de Alfonso X el Sabio: “Las cosas que comunalmente pertenecen a todas las criaturas que bien [viven] en este mundo, son estas: el aire e las aguas de la lluvia, en el mar, e su ribera". Es un buen principio, pero aquí empieza su manipulación sobre este grave problema, pues Alfonso X, también cita en la Partida tercera, Título XXVIII, Ley III, “Ca qualquier criatura que biva, puede vsar de cada vua gestas cosas, según quel fuere menester. E porende todo ome se puede aprouechar de la mar e de su ribera, pescando, o navegando, e faziendo y todas las cosas que entendiere que a su pro son. Empero si en la ribera de la mar fallare casa, o otro edificio qualquier, que sea de alguno, non lo decae derribar; nin vsar del eu ninguna manera, sin otorgamiento del que lo fizo, o cuyo fuere; como quier que si lo derribasse la mar, o otri, o se cayesse el, que podria quienquier fazer de nueuo otro edificio en aquel mismo lugar”. Para su mejor entendimiento, se lo traduzco: "Cualquier criatura que viva, puede usar de cada una de estas cosas según necesite y por ende toda persona se puede aprovechar de la mar y de su ribera, pescando o navegando y haciendo todas las cosas que entendiera en su pro. Pero si en la ribera de la mar hubiera casa u otro edificio cualquiera, que sea de alguien, no se debe derribar, ni usar de ninguna manera sin el permiso de quién lo hizo y en caso de que lo derribase el mar u otro o se cayese él, cualquiera podría hacer otro edificio en aquel lugar".
Y es que a Alfonso X, se le conoce por el apodo o sobrenombre del “Sabio”. Lo deja bien claro.
Pero siguiendo con su artículo, usted hace referencia a la multitud de notas de prensa y noticias que han aparecido sobre derribos, anuncios de derribos, que provienen de instituciones, algunos partidos políticos “desmemoriados” y colectivos vecinales, que siempre según usted, nos hemos puesto de acuerdo para ver el lado negativo de la ley de costas, una ley de protección y garantía de lo público frente a lo privado. Comenta también las ocupaciones del litoral, impidiendo el acceso al mar, en estas islas que vivimos del turismo. Habla de vertidos residuales, ironiza con lo que “a algunos les ha dado por defender como bienes de interés; se burla de que la ley de costas sean una “avanzadilla” a supuestas especulaciones inmobiliarias, a que Costas no va a la “caza del pobre”, para terminar haciendo la pregunta de que si llevaríamos a los turistas a ver esos núcleos ilegales.
Quisiera matizarle algunos puntos de su misiva. En primer lugar, creo que no existe una conspiración ciudadana contra Costas, su Ley, y su aplicación. Usted como servidor público, debe de saber que esta Ley está siendo aplicada con una arbitrariedad completamente estudiada, que vulnera derechos fundamentales (según el Parlamento Europeo, que prosigue con las investigaciones abiertas sobre esta Ley) que genera una inseguridad jurídica y que tiene un carácter claramente confiscatorio.
Esto Sr Batista, genera la creación de colectivos, que se unen para poder defenderse, con el apoyo de algunos políticos, que al contrario que usted, creen que la ley necesita una modificación urgente, que creen que hay que defender ciertos núcleos costeros, por su atractivo y singularidad, como así lo refleja las diversas Proposiciones No de Ley del Parlamento de Canarias, la voz de los canarios, que usted parece no comprender o ignora por completo, siguiendo las directrices del ministerio.
La ley de Costas no se aplica por igual Sr. Batista. ¿Cuántos complejos hoteleros han derribado en Canarias? Ninguno. Y eso que casos como el Papagayo Arena en Lanzarote, con “sentencia firme”, igual que la de Cho Vito, donde la Ministra de Medio Ambiente, “paralizó el derribo”, repito, “sentencia firme”. ¿Cuántos casos existen igual que ese hotel en Canarias? Y si hablo del resto del litoral español, le pongo por ejemplo el hotel del Algarrobico, en Almería.
La Ley no ha servido a su fin. Desde 1988, la costa se ha degradado más que nunca, pero curiosamente, derriban núcleos pequeños, alguna chabola, y omiten grandes urbanizaciones, hoteles, y centros comerciales al lado del mar.
Le puedo citar Tabaiba y Radazul, claro ejemplo de cómo “legalizar” lo ilegal. Compro el acantilado (dominio público) lo excavo (prohibido), tiro el escombro al mar (prohibido) gano 100 metros, edifico y vendo, y todo ello con una figura “urbanística”, que se salta a la torera cinco artículos de su querida Ley de Costas. Y eso que usted niega la especulación y el negocio con la ley. Mire usted, la actual Directora General de Costas, Sra. Alicia de Paz Antolín, ocupa este cargo, y al mismo tiempo, es consejera delegada, de la empresa que realiza los derribos. (Tragsa). ¿Cómo llamaría usted a eso? Y para colmar el vaso, su nombramiento es “ilegal”. Veamos como usted le explica a la gente de Boca Cangrejo, El Remo, Cho Vito y Anaga, que la directora de costas, la que firma la confiscación y el derribo de miles de viviendas es una “ilegal”.
Habla usted de que estos núcleos, son un peligro para el medio ambiente por los vertidos que ocasionan al mar. ¿Cómo se explica que justo en Tabaiba, Radazul, y en Candelaria, los vertidos son continuos, los olores constantes, e incluso han cerrado playas por peligro para la salud? ¿Son ilegales estos lugares?
Me despido Sr. Batista, dándole un consejo. “No le bastará ponerse detrás del que dispara, ni delante del que defeca, para evitar males mayores”,
Un vecino de Cho Vito, según algunos, “revolucionario y incendiario”
Antonio Alonso Orihuela lapeando@hotmail.com